Chie recibe mimos con el maquillaje de su hija, que es una maquilladora en ciernes. La joven hereda su talento de su madre, que su profesión es vender maquillaje. Pero, debido a las condiciones actuales, Chie ha tenido que adaptar nuevas formas de dirigir su negocio. Ella se inspira en el precepto de “Florece y Prospera” de El Camino a la Felicidad y su futuro se ve maravilloso.
Lee El Camino a la Felicidad, el primer código moral basado totalmente en el sentido común, uno que puede ser seguido por cualquiera, de cualquier raza, color o credo. Traducido en más de 110 idiomas.
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