El 29 de noviembre de 2003, el Sr. David Miscavige, Presidente de la Junta del Religious Technology Center y líder eclesiástico de la religión de Scientology, abrió oficialmente las puertas de la nueva Iglesia de Scientology de San Francisco. Dirigiéndose a 2.500 scientologists e invitados, el Sr. Miscavige ofreció la inauguración del histórico edificio restaurado de Transamerica, en el corazón de la ciudad de San Francisco, para una nueva era de actividad espiritual.
Entre los invitados distinguidos estaba el alcalde de San Francisco, Willie Brown, que entregó una proclamación a la Iglesia para encomiar a la Iglesia “por sus esfuerzos en lograr que el Bay Area sea un lugar mejor para las personas de todas las razas, colores, credos y de todo nivel social”.
La proclamación también reconocía el compromiso de la Iglesia hacia la “vitalidad y diversidad espiritual y cultural de los barrios a los que pertenece”.
El Sr. Miscavige instó a los scientologists de San Francisco a llevar Scientology y los programas de mejora social de L. Ronald Hubbard a toda la gente de su ciudad:
“Aquí se encuentra la Organización Central desde la cual llevar todos nuestros programas, toda nuestra tecnología, literalmente a todas partes. Y así puedes dirigir programas de enseñanza para ayudar a todas las generaciones y dar a cada comunidad las destrezas del idioma que necesitan para realizar sus sueños en esta tierra de oportunidades.
Puedes iniciar los nuevos grupos que llevarán la tecnología de L. Ronald Hubbard para los que trabajan con los desempleados y desplazados, para darles no sólo una nueva oportunidad sino una nueva vida.
A través de cada comunidad puedes formar filiales de Narconon y acabar con la drogadicción.
En cada casa de reinserción social y correccional puedes establecer programas de Criminon para restaurar la autoestima y devolver a la sociedad ciudadanos que contribuyen.
En cada barrio puedes formar asociaciones de El Camino a la Felicidad para llevar el sentido común acerca de la moral directamente a las calles y filiales de los Ministros Voluntarios para dirigirte a cada uno de los problemas de la vida.
En otras palabras, desde aquí puedes hacerlo todo. Porque es más que sólo un hogar para vosotros, los scientologists de San Francisco.
Este es también el hogar de la comunidad en general, dónde todos los hombres y mujeres de buena voluntad son bienvenidos y a quienes nos dedicamos a ayudar; a todos y cada uno”.